Praga es una ciudad bohemia que acoge a 1,2 millones de personas y, a la vez, es un destino muy popular entre estudiantes y expatriados. Edificada en las laderas de las colinas que rodean al río Moldava, conocido por sus encantadores cisnes, la fama de Praga se debe a su mágica arquitectura medieval y al prestigio internacional que tiene su cerveza.
En Praga, los alquileres de apartamentos a largo plazo son bastante comunes y están disponibles durante todo el año. Si se tiene en cuenta que es la capital de la República Checa y una de las ciudades más grandes de Centro Europa, se puede decir que los precios son bastante asequibles y, por un poco más de dinero, se pueden encontrar también apartamentos de alquiler amueblados. La temporada alta es, sobre todo, en los meses de abril a junio, aunque también es un destino bastante solicitado en las vacaciones de Navidad y Año Nuevo. Por esta razón, las mejores épocas para buscar alojamiento en Praga es cuando los precios no están tan altos.
Mudarse a Praga
Si te vas a mudar a Praga, tienes que saber que vas a vivir en una ciudad con una rica historia cultural y también con una de las mayores tradiciones de cervecería artesanal de todo el mundo. Sus calles adoquinadas están llenas de encanto, así como los cafés y jardines que hay entre los edificios y monumentos históricos de todos los estilos, desde el gótico o el barroco, hasta el cubismo o el art nouveau. Además, en la también llamada ciudad de las torres, hay una pujante escena cultural.
No importa en qué barrio vivas, aquí encontrarás todo lo que necesitas. Las tiendas pequeñas suelen cerrar los sábados por la tarde y los domingos, pero los supermercados están abiertos todo el fin de semana. Si estás pensando mudarte a Praga, también podrás disfrutar de un excelente sistema sanitario y acceso gratuito a educación pública –siempre que no te importe estudiar en checo–. Además, los ciudadanos extracomunitarios pueden acceder a cursos de integración gratuitos.
Áreas residenciales de Praga
Mala Strana
Los apartamentos de Mala Strana están situados en una parte muy histórica de Praga. Este barrio, que se traduce literalmente como "pequeño lateral" o "ciudad menor", está ubicado en el litoral oeste del río Moldava, más concretamente entre el Puente de Carlos, más allá del casco histórico y por debajo del distrito de Hradčany. En este último, es donde también se encuentra el castillo de Praga, que es uno de los más grandes del mundo, y que le da a toda la zona un aire barroco, como si estuviéramos en un cuento de hadas.
En la Edad Media, esta zona aledaña al castillo estaba llena de artesanos y mercaderes alemanes y, cuando los incendios destruyeron el barrio a mediados del siglo XVI, se reconstruyó con un estilo renacentista y se repobló con italianos. Aquí encontrarás un montón de palacios que pertenecían a nobles checos, entre los que destaca el Palacio Valdštejnský, que ahora es sede del Senado, y cuyos jardines podrás visitar en verano, ya que son uno de los grandes atractivos de la zona. Además, los restaurantes en Mala Strana son de los mejores y más auténticos de toda la ciudad de Praga. En la parte norte del barrio, Letná, podrás disfrutar de unas espectaculares vistas del río, y también podrás visitar una de las mejores iglesias barrocas de todo el país, la Iglesia de San Nicolás.
Vinohrady
El distrito de Vinohrady en Praga es un símbolo histórico de glamur burgués y buen vivir, y es uno de los sitios más ricos, con una gran popularidad entre expatriados, extranjeros y estudiantes foráneos. Se encuentra ubicado sobre una pequeña colina, algo más alejado del centro, y no se convirtió en parte propia de la ciudad hasta 1922. La plaza central del barrio, Náměstí Míru, es también uno de los puntos neurálgicos del transporte en Praga, y permite un acceso rápido y cómodo a cualquier parte de la ciudad. Por su parte, los distritos de Zizkov –más bohemio– y de Vrsovice –muy pujante últimamente– están muy cerca caminando, hacia el norte y el sur respectivamente. Los apartamentos en Vinohrady son bastante caros, y los vecindarios llaman la atención por sus bonitos parques y su arquitectura Art Deco, como se puede ver en el Teatro Vinohrady. Éste, construido en 1907, es uno de los teatros más antiguos y prestigiosos de toda la ciudad, y permanece como muestra de la riqueza que tenía la zona a principios del siglo XX.
Vinohrady significa literalmente "viñedo", y era la zona a las afueras de la ciudad donde se cultivaba la uva, allá por el siglo XIV. Algunos de los viñedos aún permanecen en el parque Riegrovy Sady, uno de los más grandes de toda Praga. Desde allí, se puede observar una bonita panorámica de la ciudad y, durante el verano, es uno de los lugares más visitados por locales y turistas. También en Vinohrady es donde se encuentra el gimnasio Sokol más grande del mundo, en la parte sur del Riegrovy Sady. Del mismo modo, este parque acoge el beer garden más grande de la ciudad, con una capacidad para 1.400 personas, y un restaurante con bodega en la que se pueden probar vinos locales. También hay un mercado de granjeros de miércoles a sábados en la plaza Jiřího z Poděbrad y, durante la Navidad, un bonito mercado navideño en Náměstí Míru, presidido por las torres de la iglesia neogótica de Santa Ludmila.
Josefov
Este barrio es uno de los más pequeños de Praga, enclavado entre el casco viejo y el río Moldava. Hay muchos atractivos históricos y museos en Josefov, como el Museo Judío, el Viejo Cementerio Judío, las sinagogas, y el lugar de nacimiento de Franz Kafka. Se puede decir que Josefov, antiguo barrio judío, tiene una gran historia, pero también una de las más tristes de toda la ciudad. Las partes del casco viejo que rodean esta zona datan del siglo IX, y destaca la plaza de la Ciudad Vieja, que está considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí hay muchos lugares turísticos, entre los que se incluyen el Ayuntamiento y el reloj. Si quieres buscar un apartamento cerca de Josefov, tendrás una experiencia histórica genial, pero también un barrio muy vivo, normalmente frecuentado por gran cantidad de turistas.
Alojamiento para estudiantes en Praga
Esta ciudad es un destino muy popular para estudiantes, y el alojamiento para éstos es bastante asequible, con un montón de opciones. La vida en general también resulta bastante barata, ya que se puede tomar una cerveza por menos de 1 euro y, en invierno, se puede ir a esquiar, alquilando el equipo completo, por tan solo 15€. Además, si eres estudiante en Praga, la tarjeta internacional de estudiante (ISIC) te proporcionará descuentos cuando visites monumentos históricos, hagas actividades nocturnas, en viajes, transporte, restaurantes, etc.
Hay cerca de 70 instituciones de educación superior, entre públicas y privadas, en toda la ciudad, aunque la mayor de todas es la Universidad Carolina, fundada por el emperador Carlos IV en 1348, lo que la convierte en la institución académica más antigua de Europa Central. La educación pública y estatal es gratis para los ciudadanos de todas las nacionalidades, mientras que las instituciones privadas fijan cada una de ellas sus propias cuotas.
Si estás buscando alojamiento para estudiantes en Praga, es fácil encontrar un piso para compartir, o una residencia para estudiantes por unos 120€ al mes. La mayoría de los centros educativos cuentan con sus propias residencias, que allí se llaman "koleje". En éstas, se incluye el alojamiento en una habitación compartida, con el resto de instalaciones, como baños y cocinas, de uso común entre todos los residentes.
También existe la posibilidad de alquilar un apartamento privado en Praga, lo cual no es complicado. Los apartamentos de una habitación suelen rondar entre los 250 y los 400€ al mes, dependiendo de su tamaño y ubicación. Los pisos de 2 y 3 habitaciones suben hasta 500 y 800€, y en todos ellos suelen pedir un depósito.
Transporte en Praga
El transporte en Praga es muy cómodo, eficiente y asequible. Hay tranvías, autobuses y metro. Para los residentes en Praga, lo mejor es comprar un abono mensual, aunque también se pueden comprar billetes para tres días, para un día o, incluso, para 30, 90 o 120 minutos. El sistema está integrado en todo su conjunto, por lo que los billetes son válidos para cualquiera de los transportes. Solo tienes que asegurarte de validarlo antes de montarte, ya que a veces hay revisores que pasan para comprobar que tienes el billete. El sistema de transportes de Praga funciona desde las 5 de la mañana hasta la medianoche. Pero también tienes que tener en cuenta que te puedes mover perfectamente por el centro a pie, ya que las distancias no son muy grandes, con la única inconveniencia de que el suelo está adoquinado, por lo que lo mejor es llevar calzado cómodo si vas a caminar.
En Praga, los taxis suelen tener mala reputación, ya que algunos de ellos engañan o cobran de más a los pasajeros. Lo mejor es preguntar al conductor cuánto cuesta el trayecto que se quiere realizar, o llamar a una compañía privada. De todas maneras, los taxis tienen la obligación de mostrar la información de sus tarifas en el interior y exterior del vehículo.
Por su parte, el aeropuerto internacional de Praga, Ruzyně, tiene vuelos diarios que conectan con la mayoría de ciudades europeas, aunque muchas de ellas también son fácilmente accesibles por tren o carretera.